
Una situación que actualmente se encuentra en el ojo de el huracán de la opinión pública pero pocos Films al respecto han trascendido y sido aceptados (Por mencionar algunas esta la emocional “The Bubble” del aclamado director Judío radicado en USA Eytan Fox, o “Paradise Now” con un Oscar a mejor película extranjera de Hany Abu-Assad).
Ari Folman nos trae una historia muy humana en un contexto que parece carecer de este valor fundamental. Específicamente situado en la matanza de Sabra y Chatila (1982), donde el personaje principal es un veterano israelí que lucha contra sus fantasmas internos, de la memoria perdida o reprimida, y la búsqueda de esos recuerdos, ¿A dónde se fueron, porqué?.
Más allá de ser una cinta que es políticamente polémica, la intención de Folman (según nos dice el) no es mas que contar una historia sobre "recuerdos, sueños, alucinaciones y subconsciente" en un contexto muy actual y de interés propio.
Para la realización del mismo se documentó hablando con soldados que estuvieron en este conflicto y empapándose de sus logros, vergüenzas y orgullos.
Sobre los países árabes el director, afirmó que "lo más increíble es que esta película se viera en los países árabes".
El desarrollo del proyecto duró cuatro años, por lo que su presencia en Cannes coincidiendo con el 60 aniversario de la creación del estado de Israel, es sólo eso, "pura coincidencia".
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